sábado, septiembre 18, 2004

Madre Inmaculada



MADRE INMACULADA

Presentación

En este libro, sencillo y breve, tengo el gusto de ofrecer al lector mi predicación en la novena a María Inmaculada, que tuve el honor de dirigir a los feligreses de la Parroquia de Santa Ana, en Cervera del Río Alhama (La Rioja). La celebramos el año pasado y para mí constituyó una ocasión magnífica de hablar de María Santísima -cosa siempre tan grata a quien ame profundamente a la Madre de Dios-.

Aquellos días me brindaron la oportunidad de centrar más mi vida espiritual en torno a María, secundando así el querer del Señor Jesús cuando nos la dio por Madre al pie de la Cruz. En efecto, María -como escribió el Papa Juan Pablo II en la Encíclica Redemptoris Mater- ha de ser nuestra Madre espiritual, introduciéndola como Juan en la casa interior, en lo más íntimo y querido a nosotros.

¡Hablar de María, predicar de ella!... ¡Glorificar a Dios por las maravillas que ha obrado en su esclava, la mujer siempre creyente y entregada a Dios por completo!... ¡Qué tarea tan fascinante!, ¡qué privilegio tan grande para aquellos que hemos hecho de la propia vida una entrega alegre y esperanzada en la Iglesia de Dios, a fin de servir lo mejor posible en la fascinante aventura de la salvación de los hombres!...

Suena a cosa tradicional en la Iglesia ese dicho: ¡De Maria, nunca bastante!... Sí, nunca se ponderará adecuadamente la santidad y el esplendor de la santidad de María. Verdaderamente, nunca destacaremos todo cuanto merece ser ensalzada la Doncella de Nazaret. Nunca glosaremos bastante el cúmulo de gracias y maravillas que Dios ha obrado en ella, que tan generosa y fielmente le sirvió siempre, sin reservarse jamás nada para sí... Reviviendo en la memoria aquellos días transcurridos en Cervera, todavía recuerdo el fervor del pueblo fiel a María, sus incesantes muestras de cariño para con la Madre de Dios, su oración ferviente y enardecida, sus cantos alegres y vibrantes... También recuerdo su nostalgia del pasado: cuando Cervera estaba más poblado; cuando por sus calles corrían alegres y bullangueros los más pequeños; cuando en sus casas vivían tantos jóvenes, que daban pie a soñar con un futuro espléndido... También añoran -como en todos los sitios- las manifestaciones de una fe más vibrante y convencida, el testimonio connatural y valiente de los cristianos persuadidos de la verdad de su salvación en Cristo. Igualmente, sienten nostalgia de aquel fervor mariano, que movía a tener tantos y tantos detalles de amor con la Señora; y que impulsaba a realizar tantos y tantos sacrificios para obsequiarla convenientemente. Lo hacían seguros de la fe y del amor que profesaban. Y, seguros de que así agradaban y glorificaban a Dios.

NEn contra de lo que algunos pudieran considerar, como si el amor a María estuviera llamado a menguar en la Iglesia de Dios, o a desaparecer en los tiempos modernos, nosotros somos de la opinión totalmente contraria. ¡María sigue siendo amada en nuestros días, y necesitamos muchísimo de su ayuda e intercesión maternal!... El amor a María está llamado a ser un medio providencial, puesto en las manos de Dios, para que los hombres de nuestro tiempo vuelvan a Dios, y en Él alcancen la felicidad y la salvación que tanto anhelan.

Sin duda alguna, cuando la crisis de fe, y la fuerte descristianización, se hacen notar en tantos ambientes y realidades de nuestro tiempo, el amor a María será fermento y catalizador para que los hombres y mujeres de hoy vuelvan a Dios. Y, con María, Estrella de la mañana y Auxilio de los cristianos, en comunión con todos los cristianos, llevaremos a cabo la nueva evangelización del mundo, en los albores del tercer milenio del cristianismo.

De la mano de María, Medianera en Cristo de la gracia, vendrán a la Iglesia de Dios las vocaciones que tanto necesita para proseguir su misión salvífica en medio de los hombres. De su mano, Refugio de los pecadores, florecerán las conversiones para que todos en Cristo tengamos Vida, vida verdadera, que salta hasta la vida eterna. De María, por su ayuda maternal, como Reina de las familias, Dios suscitará familias santas, pequeñas iglesias domésticas que, transformadas con el fermento evangélico, renueven y revitalicen la Iglesia de Dios y el entero tramado de la sociedad. Con la ayuda de María, Reina de la paz, Dios bendecirá a la humanidad, que se debate en mil conflictos e injusticias, con el inestimable don de la paz, obra del amor, de la verdad, de la justicia y de la libertad.

Y así en todo, pues todas las gracias que Dios comunica a los hombres, y a su Iglesia, pasan por las manos de María, Medianera universal de la gracia. Ella, Madre de Dios Hijo y Reina del universo, ¿qué no podrá, que no hará en favor nuestro, cuando ha sido llevada al cielo en cuerpo y alma, precisamente para esto, para ayudarnos más y señalarnos el camino que conduce a las eternas moradas?...

Ella con su estilo de vida -y unida a su Hijo- es ese camino, pues no en vano el Maestro y Redentor de los hombres dijo: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. ¡Quiera, pues, Dios que este libro sirva para conocer más a María y estimularnos en su amor!... ¡Quiera Dios que estas páginas nos sirvan de estímulo en nuestra entrega a Dios, de forma que recorramos con paso firme y presuroso, al tiempo que lleno de entusiasmo y de alegría, el camino de nuestra santificación!

Pedro Jesús Lasanta.

Recordando con gratitud y alegría los felices días vividos el año pasado en Cervera del Río Alhama; recordando a sus gentes y felicitándoles por sus testimonios de caridad y vivencia cristiana; recordando especialísimamente a su cura-párroco Don Félix Viguera, tan entrañable, generoso y acogedor.

ÍNDICE
¿QUIÉN ES MARÍA?

María, criatura de Dios, entregada a su amor

Madre Inmaculada, Toda Santa

El anuncio de la Encarnación del Hijo de Dios

María, entregada incondicionalmente a Dios: cumplir su voluntad

María, entregada incondicionalmente a Dios: cumplir su voluntad

Estamos llamados a ser santos, como María

Cumplir la voluntad de Dios, como María

SANTIFICAR LA VIDA ORDINARIA

En diálogo amoroso con el Señor

Sencillez de la vida de María

En qué se diferencia la Virgen

Cómo fue la vida de María

Podemos amar más: transformar la vida ordinaria

Qué hacer para santificar la vida ordinaria

MARÍA, REINA DE LA FAMILIA

Crisis y atentados contra la familia: María reina de las familias cristianas

Solicitud pastoral del Papa en favor de la familia

Vocación matrimonial y familiar de María: importancia de la familia

Llamados a vivir el verdadero amor conyugal y familiar

La familia, iglesia doméstica: escuela de oración y de apostolado

VIRGEN DE LAS VÍRGENES

Vocación de María a la virginidad

Valor actual de la virginidad

La virginidad vivida por amor al Reino de los cielos

SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

La salvación ya realizada

María creyó y se entregó a Dios

María es Madre de Dios

También es nuestra Madre, y Madre de la Iglesia

Pasemos por el Corazón de María

MADRE DE LA IGLESIA

Orar a María por las vocaciones

Cristo, la Iglesia y el cristiano

Seamos miembros vivos de Cristo, vivamos en gracia

María, Madre de la Iglesia: su modelo y tipo

Amar a la Iglesia: María, como Madre buena, vela por ella

MADRE DE LOS CRISTIANOS

María ha de ser nuestra Madre espiritual: entrar en su Corazón

Tratar filialmente a María, como hijos pequeños

Amando a Dios y a María, vivamos como hermanos

Tener trato íntimo con María: imitarla

MARÍA ES CORREDENTORA

¿Por qué María es corredentora?

Cómo cooperó María en la obra de las Redención

María siempre vivió para Jesús

María en el misterio salvífico del Redentor

María, la primera redimida y corredentora

María es nuestra Abogada, Auxiliadora, Mediadora

MARÍA, REINA DEL CIELO

Una mujer ha sido coronada en el cielo

La triple lucha del cristiano para alcanzar el cielo

María estrella del cristiano: cargar con la cruz de Cristo

¿Por qué fue coronada María?

Mereció ser coronada

Vencedora del demonio: Ella es nuestra Reina


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