martes, diciembre 07, 2004

Orar a María

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Presentación

Ofrecemos al lector este conjunto de oraciones marianas, bajo el título Orar a María. Eso es lo que hemos pretendido a lo largo de estas páginas: fomentar en todos los creyentes el amor a María; un amor que se ha de traducir en obras de vida cristiana y en compromiso temporal y apostólico, pues ¡el amor a María no puede quedar en meras palabras, o sentimientos afectuosos!... ¡No, debe llevar a la vida, a la entrega a Dios y al amor al prójimo -en forma de caridad y espíritu fraterno, de justicia y solidaridad-, como fue la vida de María, totalmente entregada a Dios y al servicio de los hombres! Así, María será cauce privilegiado para llevar a los hombres y mujeres de nuestro tiempo a cumplir la voluntad de Dios, y alcanzar la eterna salvación. Precisamente, esta fue la norma de conducta de la que es la Esclava del Señor.

En orden a fomentar este amor a María, su devoción -para que luego todo ello se traduzca en hechos de vida cristiana-, a lo largo de las páginas que siguen a continuación, hemos ido meditando las oraciones marianas. Esas oraciones que hemos rezado toda la vida: empezando por el Ave María, siguiendo por el Ángelus y la Salve... hasta terminar con el ¡Oh, Señora mía!... En otra ocasión, más adelante, ya tendremos ocasión de meditar sobre las riquezas que contiene esa oración típicamente mariana -la predilecta de nuestra Señora-: el rezo del Santo Rosario.

Lo hemos hecho de un modo sencillo, como entablando un diálogo de oración con la que es Madre de Dios y Madre nuestra. Son palabras que nos han salido del corazón en coloquio íntimo con la Madre. Y lo hemos hecho ayudados y guiados por las enseñanzas de grandes santos y pastores de la Iglesia..

Al confiarte este libro, estimado lector, lo hacemos llenos de ilusión, con la sola esperanza de que te pueda ayudar a conocer y a amar más a María. ¡Y a vivir como ella vivió!

ÍNDICE

AVE MARÍA

Dios te salve, María

Llena eres de gracia

El Señor es contigo

Bendita tú eres entre todas las mujeres

Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús

Santa María, Madre de Dios

Ruega por nosotros pecadores

Ahora y en la hora de nuestra muerte

Amén

MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor

Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador

Porque ha mirado la humillación de su esclava

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones

Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí

Su nombre es santo

Y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación

Él hace proezas con su brazo

Dispersa a los soberbios de corazón

Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes

A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su pueblo, acordándose de la misericordia

Como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán

Y su descendencia por siempre

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Amén

ÁNGELUS

El ángel del Señor anunció a María

Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo

Ave María...

He aquí la esclava del Señor

Hágase en mí según tu palabra

Ave María...

Y el Verbo se hizo carne

Y habitó entre nosotros

Ave María...

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,

Para que seamos dignos de alcanzar las promesas

De nuestro Señor Jesucristo.

Oración:

Te suplicamos, Señor,

que derrames tu gracia en nuestras almas para que los que,

por el anuncio del ángel,

hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo,

por su pasión y cruz,

seamos llevados a la gloria de la resurrección.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

SALVE

Dios te salve

Reina y Madre de misericordia,

Vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva

A ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora

Abogada nuestra

Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos

Y después de este destierro muéstranos a Jesús

Fruto bendito de tu vientre

¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!

¡Oh dulce siempre Virgen María!

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios

Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo

ANTÍFONIA MARIANA

Nos acogemos bajo tu amparo, Santa Madre de Dios

No desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades

Antes bien sálvanos siempre de todos los peligros

Virgen gloriosa y bendita

Amén

REGINA CAELI

Alégrate, Reina del cielo; aleluya,

porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.

Ha resucitado, según había predicho; aleluya,

ruega a Dios por nosotros; aleluya.

Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya,

porque ha resucitado verdaderamente; aleluya.

Oración:

Oh Dios,

que por la resurrección de tu Hijo,

nuestro Señor Jesucristo,

te has dignado dar la alegría al mundo,

concédenos que por su Madre, la Virgen María,

alcancemos el goce de la vida eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo. Amén

ACORDAOS

Acordaos

¡Oh piadosísima Virgen María!

Que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección

Implorando vuestra asistencia

Y reclamando vuestro socorro, haya sido desamparado

Animado por esta confianza, a vos también acudo, oh Madre

Virgen de las vírgenes

Y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana

Oh Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.

BENDITA SEA TU PUREZA

Bendita sea tu pureza

Y eternamente lo sea

Pues todo un Dios se recrea en tan hermosa belleza

A ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María

Te ofrezco en este día alma, vida y corazón

Mírame con compasión

No me dejes Madre mía

Hasta morir en tu amor.

¡OH SEÑORA MÍA!

¡Oh, Señora mía!

¡Oh, Madre mía!

Yo me ofrezco todo a Vos

Y en prueba de mi filial afecto os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser

En una palabra, todo mi ser

Ya que soy todo vuestro, Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra

Amén

14.40 €



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