domingo, abril 06, 2008

Santo Domingo de Guzmán

Presentación

Santo Domingo de Guzmán es uno de los santos que marcan un hito de especial relevancia en la historia de la Iglesia, viniendo a ser como punto de referencia seguro, luz esclarecedora.

Nació y vivió en tiempos difíciles, ¡todos son difíciles!, pues siempre hay que evangelizar y convertir a los hombres, además de afrontar las dificultades y problemas de cada momento...

Si atendemos a cómo se desarrolló su vida, y los caracteres que forjaron su alma, podríamos decir que en él se reflejan los vestigios de la vida del Señor Jesús, Maestro de los hombres y Redentor del mundo. La vida de Domingo, siguiendo las huellas de Jesucristo, estuvo marcada –ya desde los comienzos- por una entrega generosa a la oración y a la penitencia. ¡Mucha oración hizo Domingo, y sus penitencias fueron generosísimas y extremadas!...

También destacó por su generosidad y caridad. Todos cuantos se acercaban a él, eran atendidos, acogidos y queridos. También socorridos, tanto en sus necesidades espirituales como materiales. Domingo fue muy generoso con los pobres y necesitados, a los que distribuía abundantes limosnas, quedando él, a veces, en el desamparo y en la pobreza más absoluta. Él mismo fue pobre, pues muchas veces vivió de caridad, de lo que la gente le entregaba en limosna.

Igualmente, en la vida de Domingo se refleja la vida del Señor Jesús. Especialmente por su predicación, siempre tan generosa y ardiente, lleno del amor de Dios como estaba. Y celoso por la conversión y salvación de los hombres, especialmente de los herejes, a los que quería ganar a toda costa para Cristo y su Iglesia.

Además, en la vida de nuestro amigo –en parte- se trasladan los milagros y maravillas que realizó el Redentor. Con la virtud de Dios, Domingo resucitó muertos, curó enfermos, multiplicó el pan y el vino, detuvo los elementos atmosféricos: la lluvia...

Movido por el celo de las almas, e iluminado por el Espíritu Santo, además de contar con el respaldo de la Iglesia, promovió la fundación de una nueva orden religiosa que, a lo largo de los siglos, habría de prestar valiosísimos e importantísimos servicios a la Esposa de Cristo en la difusión y defensa de la fe: la Orden de Predicadores. Una Orden religiosa, nacida en un momento en que se prohibieron la formación de nuevas órdenes, que no estuvieran inspiradas en las ya existentes desde la antigüedad. Una Orden que sería del todo novedosa, por su configuración interior y por su dedicación primordial a la predicación. Todo ello en tiempos de fuerte confusión doctrinal, de ignorancia religiosa y bajo la presión de las herejías.

Después de haber vivido una vida de fuerte exigencia ascética, y entregado al apostolado, expiró en Bolonia. Fue el 6 de agosto de 1221. Canonizado por Gregorio IX en 1234, sus restos descansan en la basílica de la Orden de Predicadores en Bolonia.


Precio 7,00 euros

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